martes, 27 de septiembre de 2011

Doce.

Hubo un tiempo en el que las cosas no podían ir peor. Un tiempo en el que las decepciones, las mentiras, me cambiaron por completo. Dejé de confiar en las personas, me ocultaba tras falsas sonrisas, me refugié en mi misma. Me llené de miedos y de desconfianzas hacia los demás. Pero un día llegaste tú, cambiando mi mundo, dejándome sin palabras, consiguiendo lo que hacía mucho tiempo que no conseguían. Poquito a poco conseguiste tantas cosas que aún no me lo creo. No me creo que tenga tanta suerte de tenerte en mi vida. Tú me hacías sentirme distinta, me hacías sentir única y eso me gustaba. Conseguías que cada noche me fuera a dormir con una sonrisa en la cara, con nuestras despedidas. Contigo podía ser yo, con mis defectos, mis rarezas, y mis tonterías, sin miedo a nada. Podía contarte mil historias que sabía que tú estarías escuchándome. Me encanta no ser como los demás cuando estamos juntos, me encanta que nos salgamos de los estereotipos. En definitiva me encantas tú.

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