Dejé tu barra de labios, y con ella un par de años, de quererte por las tardes, de mañanas sin llamarte. Tú me enseñas que, se puede querer, lo que no ves.
domingo, 25 de septiembre de 2011
3msc.
Y aunque me fastidie reconocerlo, sigues siendo el motivo de esa estúpida sonrisa que se dibuja en mi cara al despertar.
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